jueves, 14 de junio de 2007

"....Pasen a ver al león...."

Frank Buck, star attraction, 1938Image via Wikipedia


Hace unas cuantas semanas debutó en la Ciudad de Nueva York, el Circo Ringling Bros. Barnum& Bailey. Es ya tradición que un día antes de la primera función, a medianoche atraviesan el río Hudson por el puente de Queens Midtown y por toda la calle 34, una fila de elefantes cuyo destino es el Madison Square Garden.
Es difícil imaginar como el tiempo puede detenerse y mientras Wall Street hace una pausa, una columna de paquidermos desfila como lo hacían los circos ricos y pobres en cualquier sitio del mundo acompañados de aplausos y gritos de grandes y chicos en aquella ciudad que nunca duerme.
Desde los albores del Circo en Roma, un espectáculo mezclado con leones, elefantes y carros romanos, hasta llegar hoy al sofisticado Cirque de Soleil, el espectáculo del circo continúa siendo una de las diversiones familiares por excelencia.
La historia del Circo se remonta a las antiguas civilizaciones – China, Mongolia, la India- y posteriormente a Egipto, Grecia y Roma. En estas sociedades, aproximadamente 3000 años atrás, algunas actividades que hoy relacionamos como parte del contenido circense, como la acrobacia, el contorsionismo o el equilibrismo, tenían una utilidad altamente relacionada con la preparación de guerreros, con los rituales religiosos y con las festividades anuales. La práctica de la acrobacia se remonta a la cultura mesopotámica, En China, se ha comprobado de acuerdo a hallazgos arqueológicos, que el arte acrobático nació hace más de 2000 años. Desde épocas remotas, los malabaristas y acróbatas ya viajaban juntos en "troupe", utilizando todo tipo de objetos, tales como armas (instrumentos típicos de las artes marciales), juguetes infantiles como el bastón del diablo y utensilios domésticos (jarrones de porcelana), que lanzaban y recibían con diferentes partes del cuerpo, por ejemplo.
Por otro lado, en Grecia, los gladiadores en su búsqueda particular por demostrar gran fuerza, realizaban juegos malabares con objetos de gran porte (en su mayoría pesados), como las ruedas de los carros, por ejemplo. En la cultura griega, y en otras del mismo período, las mujeres también “malabareaban”, como se puede apreciar en algunas ánforas y jarrones griegos o en los grabados de las tumbas egipcias. Además, en otras civilizaciones antiguas, como la China y otras de la América Central y del Pacífico Sur, las mujeres también participaban de este tipo de actividades, como bien ilustra el famoso caso de las Islas Tonga (Pacífico Sur), donde las niñas hacían, y todavía hacen, malabarismos con grandes nueces denominadas "tui tui", y donde el éxito de su acto malabarístico tiene consecuencias sociales importantes, respecto al matrimonio. Con los primeros viajes a América llegaron noticias de las costumbres indígenas, como en el caso de los Aztecas, especializados en el antipodismo (malabares con los pies), y los Shoshoni del Sur de California, donde los malabares formaban parte de los juegos de los niños como por ejemplo en carreras de velocidad mientras manipulaban tres pelotas en el aire.
Los romanos en la antigüedad dieron el nombre “Circo” a las actividades de entretenimiento, o mejor dicho, a los espectáculos públicos. Los Juegos romanos o Ludi Magni se llevaban a cabo en honor al Dios Júpiter con carreras de carros combates de gladiadores, duelos entre animales y espectáculos teatrales. El espectáculo daba inicio con una procesión hacia el Circus Maximus en la cual desfilaban jóvenes a caballo, fornidos gladiadores, bailarines acompañados por músicos que tocaban la lira y la flauta, individuos disfrazados de Sátiros, mujeres que portaban inciensarios e imágenes de dioses, y héroes divinos que alguna vez habían sido mortales.
Tras la decadencia de estas civilizaciones antiguas, principalmente las occidentales y la caída en el oscurantismo de la Edad Media, la población fue perdiendo interés en estos espectáculos y fue en el Renacimiento, cuando los artistas circenses volvieron a tomar importancia en la vida cotidiana de los pueblos.
En este período las troupe de saltimbanquis ya incluían en sus espectáculos la música, el baile, los cuentos populares, las narraciones épicas, los títeres, además de las habilidades clásicas como la acrobacia y los malabares En los pueblos se recibían a los artistas itinerantes, ofreciéndoles un lugar para presentar sus espectáculos, como acontecimientos públicos importantes. De forma lenta, pero sólida, se pudieron formalizar itinerarios, caminos por los cuales miles de artistas solían pasar año con año.
El circo moderno, por llamarlo de alguna manera, nace en Gran Bretaña hacia 1770, gracias a un sargento del ejército británico, Philip Astley, quien descubrió por casualidad que la fuerza centrípeta provocaba que un hombre pudiera mantenerse de pie sobre el lomo de un caballo que galopara en círculo. Astley fue perfeccionando sus números ecuestres, y haciendo cada vez más complejos sus espectáculos, causando sensación en todos los países europeos. Al Sargento Astley se le ocurrió dar demostraciones del manejo de caballos en un escenario circular mismo al que después le colocó un toldo y asientos alrededor. Complementó el espectáculo con algunos payasos y más adelante con malabaristas y acróbatas, ingredientes básicos de todo espectáculo circense.
Posteriormente, comenzaron las troupe a viajar, colocando su carpa en las afueras de los pueblos, y una vez que esta costumbre cruzó el Atlántico y llegó a las costas de Nueva Inglaterra, la leyenda dice que el espectáculo del circo como hoy lo conocemos se debe a la llegada de Old Bet, un elefante africano comprado a un capitán de barco por un tal señor Bailey el cual pagaría la cantidad de mil dólares de aquellos dorados tiempos. Fue tal el éxito de Bailey que decidió continuar comprando animales exóticos a diversos capitanes de barcos. Bailey, el elefante y su grupo viajaban de noche para no dar “espectáculos gratis” y se dice que para poder exhibir a su elefante y demás creaturas exóticas, fue él quien levantó la primera carpa circular con la que todos nos imaginamos el circo.
Al comenzar a indagar respecto a los albores del circo, el nombre P.T. Barnum relampaguea por todas las páginas que narran la historia de este espectáculo. Nacido en Connecticut, este hábil hombre de negocios mostró sus trazas de negociante desde niño. Se dice que pagó mil dólares para que Joyce Heth una mujer que decía tener 161 años e incluso había sido –según ella- enfermera de George Washington, estuviera ahora a su servicio. Barnum se dedicó a exhibirla en Nueva York como “la cosa más curiosa e interesante del mundo entero”, recolectando 1,500 dólares por semana. Y así fue como en 1841 P.T. Barnum compró un museo en la ciudad de Nueva York para exhibir 500,000 curiosidades naturales y artificiales de todos los rincones del mundo. Un año más tarde exhibió a la “Sirena de Feejee”, una –disque- sirena embalsamada comprada a un capitán cerca de Calcuta. Ya para este momento la gente dudaba seriamente de la autenticidad de estas creaturas pero lo que jamás se puso en duda fue la habilidad de este personaje para capturar la imaginación del público. Asociado con James Baley, ahora el circo presentaba tanto actos acrobáticos, animales y curiosidades exóticas viajando por toda la unión americana. A la muerte de P.T. Barnum, el Circo Barnum & Bailey se convirtió como le han llamado el “Espectáculo Más Grande de la Tierra”. Contaban con 85 vagones de tren, más de 1000 empleados y un circo de 5 pistas. En ese tiempo existía otra compañía de circo manejada por los hermanos Ringling, pero al estallar la 1ª. Guerra Mundial, con la escasez de personal y la imposibilidad de contar con las vías de tren, las dos compañías se unieron y formaron lo que hoy en día se conoce como Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus.
En México, el Circo Atayde Hermanos dio su primera función el 26 de agosto de 1888. Aurelio Atayde Guízar, abuelo de la actual generación de empresarios y artistas, siendo muy niño, escapó de su casa para ir a trabajar a un circo y más tarde convenció a sus hermanos a fundar su propia compañía.
Después de vivir durante la Revolución Mexicana aventuras difíciles de imaginar hoy en día, y de llevar por primera vez el espectáculo circense a muchos lugares de la República, la familia Atayde decidió embarcarse rumbo a Centro y Sudamérica, en una gira que duró 20 años, periodo durante el cual el Circo Atayde Hermanos pasó por un sin fin de experiencias extraordinarias, ligadas a la itinerancia propia de la vida del circo. En 1927, tres de los hermanos Atayde, miembros de la segunda generación, se presentaron exitosamente en varias ciudades europeas con un número hasta entonces inédito en el viejo continente, que consistía en volar desde la primera barra hasta la tercera, haciendo dos giros en el aire sin propulsarse desde la segunda; gracias a esta proeza, los tres hermanos Atayde figuran en el libro Guinness de Records. Y finalmente el Circo Atayde Hermanos volvió a presentarse en México en 1946, después de recorrer el mundo por 20 años.
Supersticiones del Circo
· Jamás voltear hacia atrás durante el desfile
· Nunca chiflar en los vestidores
· Las plumas de Pavorreal son de mala suerte
· Los elefantes deben siempre de levantar la trompa para las fotos .
Circos famosos hoy en día ( además del Ringling Brothers):
· Circo Atayde Hermanos
· Circo Chino de Pekín
· Circo Ruso de Moscú (nacionalizado por Lenin en 1927)
· Cirque du Soleil (fundado en Canadá en 1984)
Vale también saber que la más conocida composición musical para el circo se titula: La Marcha de los Gladiadores, compuesta en 1903, y películas famosas con temas del circo: “El Circo” protagonizada por Charles Chaplin,“Trapecio” estelarizada por Burt Lancaster, “El Espectáculo Más grande del Mundo” producida por Cecil B. de Mille,“El hombre en la cuerda floja” de Ingmar Bergman,“La Strada” y “Payasos”, ambas de Federico Fellini y por supuesto “Dumbo” de Disney en 1940
Como dato curioso, ya que el tema del circo produce adicción, quise seguir indagando más en Internet y busqué: “Circos en México”. Quien me iba a decir que lo único que encontraría sería información sobre campañas políticas, mítines de partidos políticos en ciudades y pueblos de la República Mexicana y espectáculos ofrecidos por diputados. “……pasen a ver al león…..”

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