miércoles, 3 de octubre de 2012

Bajo la fronda de un árbol


Nos pasamos varias semanas buscando el Árbol de la Vida.  Este árbol era especial. Las delicadas manos de los artesanos mexicanos nos brindaban diferentes opciones.  Pero lo que buscábamos en esta ocasión no era una de los hermosísimas obras de arte que hacen con barro en Metepec.  Queríamos un árbol hecho de hoja de lata idéntico al que una vez compramos hace casi ya 28 años.  Lo sencillo lo hace hermoso. Este Árbol hoy está empacado y listo para viajar pues un muro destinado a él ya lo espera.   Lo curioso del caso es que la búsqueda de este árbol se entretejió con el proyecto de tratar de conectar algunas de las ramas de una parte de la familia y por ende el descubrimiento de historias que parecerían cuentos.

Un Árbol de la Vida simboliza la mitología, la filosofía de alguna parte del mundo.  Un Árbol de la Vida representa la interconexión de todo lo vivo en la tierra.  Un Árbol de la vida es la alegoría de la evolución de todo ser viviente.  Y cada uno somos parte de nuestro propio árbol.
¿Quién comenzó a escribir nuestras historias? ¿Cómo fue nuestra familia? ¿Cómo fue cada niño, adolescente y adulto que despidió a su antecesor quien le cedió el lugar en la cadena descendiente?   Todo está entrelazado. Todos podríamos rastrear nuestra raíz, todos somos parte de un árbol.  Y no hay árbol que el viento no haya sacudido.  

Un árbol es una de las formas de organización más extraordinarias del mundo vegetal.  El tronco se une a la tierra a donde encuentra los nutrientes y sus bifurcaciones o ramas que se extienden hacia el  cielo -hacia la luz- son las portadoras de hojas, flores y frutos.    El engrosamiento del tronco le proporciona estabilidad y le asegura longevidad y solidez.   Su ciclo evidente de acuerdo a las estaciones del año brinda la similitud con la caducidad de vida humana ante el paso del tiempo, pero gracias a su capacidad de renacimiento el árbol es simbolo de vida en casi todas las culturas.    

Con sus ramas que se extienden hacia el cielo y firmemente enraizado a la tierra, mitológicamente es un enlace entre el cielo, la tierra y el inframundo, al igual que un símbolo femenino que da frutos.  
En la mitología judeo-cristiana, el árbol es el  centro de ambos paraísos terrenales y celestiales.  La cosmología nórdica presentaba el árbol con sus raíces en el inframundo mientras que sus ramas daban cobijo a sus dioses.  El sicómoro en Egipto era el umbral que se conectaba entre la vida y la muerte.  Para los Mayas era la Ceiba sobre la cual descansaban los cielos. 

La simbología del árbol renaciendo y su continua regeneración fortalecían desde la antigüedad el principio de inmortalidad.  La higuera original (Ficus Religiosa) bajo la cual el Buda alcanzó el estado de iluminación era originaria del norte la India junto al río Ganges.  La leyenda dice que la higuera murió al paso de los años pero antes que esto sucediera una mujer noble tomó un brote para sembrarlo en Anuradhapura.   

Por el mundo entero abundan los mitos relacionados con distintos árboles. El Dios nórdico Odin recibió el regalo del lenguaje mientras colgaba de cabeza en un Fresno.  El árbol celestial en la mitología judeo-cristiana está al centro de la creación y es de donde parten los ríos que bañan la tierra.  El Tuba, árbol que aparece en el Corán proporciona vino, leche y miel desde sus raíces.
Estos árboles cuyo regalo es la inmortalidad no eran fáciles de encontrar.  Mitológica y simbólicamente fueron siempre un reto para descubrir pues estában celosamente  protegidos.  

El Árbol de la Vida en el Antiguo Testamento estaba resguardado por un Serafín- celosamente transformado en serpiente- con una espada en flamas.  
Para poder robarse las manzanas del Arbol de la Sabiduría, Hércules tuvo que luchar contra un dragón de siete cabezas.  
La leyenda Maya dice que en el tronco y raíces de la Ceiba vivía una serpiente enroscada, y Naga la serpiente en la India protege constantemente el árbol del Buda.  

Algunos dioses tomaron forma de árbol y en algunas mitologías, el árbol mismo es una deidad como el dios sumerio Dammuzi o Brama en la India.  El árbol del mundo bizantino representa la omnipotencia de un Dios cristiano.  En las imágenes del Cábala, el árbol se representa de forma invertida explicando así la ruta para el crecimiento espiritual.

El Tejo es un árbol considerablemente importante en nuestra flora y de gran valor histórico por su longevidad excepcional.  El mito que lo rodea y que le otorga poder es aquel que dice que en los claustros de Bretón del Tejo brotó el bastón de San Martín y fue por eso que se le consideró sagrado por los príncipes de Bretaña quienes se decía oraban bajo su sombra antes de entrar a la iglesia.  Supuestamente ni las aves comían de su fruto y nadie osaba tocarlo.  Un día una banda de piratas cortó algunas ramas para formar arcos. Dos de ellos cayeron y murieron de inmediato.  El árbol aún permanece en pie.

Las leyendas son un fenómeno distinto de los mitos. Muchas son prácticamente ficciones que se dice son ciertas y no se centran en eventos y sucesos que son incomprensibles sino más bien se asocian con lugares, individuos y sucesos en particular.  Es así como el Gran Roble del Bosque de Sherwood donde Robin Hood mantenía su guarida es ahora un sitio turístico, y aunque el hecho está en constante disputa, se dice que el Pequeño Juan talló su arco a partir de una rama del famoso árbol de Tejo.
La pieza estuvo expuesta en el Museo de Wakefield y pasó luego a manos de un coleccionista privado. La gente visita también el Tejo en Doveridge el cual se calcula tiene más de 1,400 años pues de nuevo según la leyenda fue bajo su sombra que Robin Hood contrajo nupcias con Lady Marian.

Se dice que los árboles son como gladiadores pues pese a la desventaja que enfrentan, permanecen de pie en condiciones extremas.  Esta fuerza es lo que ha hecho que estén ligados a tantos simbolismos.  Sus raíces bien ancladas a la tierra los alimentan, su fronda obtiene energía que lo rodea, su tronco les da el apoyo material que los sostiene como unidad.  

Estos elementos son los que nos proporcionan el símbolo y el sentir que necesitamos cuando escogemos visualizar nuestros propios paisajes.  El sentido de pertenencia es algo que todo ser humano busca. La raíz es lo que ancla al individuo y la fronda es símbolo de nuestra herencia, de nuestra historia particular relacionada con los otros que forman parte de nuestras vidas o que han pasado y dejado huella en ellas.  El tronco simboliza nuestra necesidad constante en la búsqueda de una fuerza interior.  La longevidad del árbol también ha encontrado similitudes en la expresión corporal y facial humana.  

Un árbol es sinónimo de una organización compleja, ordenada y armoniosa que sugiere la existencia de un plan a partir de una semilla.  Este proceso asegura constancia y persistencia: de una bellota de roble nace el roble y cada hoja del roble se parece a las demás aún siendo un poco diferente.  
Es de aquí que parte el modelo de árbol que se utiliza para ilustrar la herencia.  Esta idea de continuidad en la historia de una familia es la evidencia de la continuidad material-de las generaciones, ya que el árbol engruesa su tronco con un nuevo anillo y sus ramas crecen y se bifurcan hasta obtener las hojas y las flores.  
El viento y demás fenómenos atmosféricos y biológicos harán que las semillas vuelen y aparezcan en otras tierras para crear el ciclo perfecto de nueva cuenta.  

El mundo actual corriendo velozmente hacia el progreso a veces se olvida de que en realidad marcados con las costumbres de generaciones pasadas.  Lo llevamos dentro de nosotros. 

Los exploradores europeos se asombraron cuando vieron frente a ellos un Baobab africano en las islas de Cabo Verde.  Su aspecto era sumamente curioso, la circunferencia gigantesca de su tronco  y su madera extraordinariamente blanda.  Hoy se tiene clasificada esta variedad en más de veinte países al sur del desierto del Sahara. Debido a que los ejemplares más antiguos están huecos, no se puede llevar con exactitud la contabilidad de sus años de vida.  Además, se siguen cuestionando el hecho de que éste es un árbol que desaparece por completo tal vez por el fenómeno de combustión espontánea. 

Lejos de explicaciones botánicas y científicas, el árbol ha tenido un papel importantísimo en la mitología del Continente.  Cuando en los años sesenta se propuso el proyecto de crear una presa en Zambia, los pueblos africanos alzaron la voz ya que su gran preocupación que dentro de los Baobabs residían los espíritus de sus antepasados.  Finalmente, la "evacuación" de los espíritus se realizó rompiendo las ramas de la parte alta de las copas y amarrándolas a otros Baobabs situados en una zona a salvo.   

En los mitos africanos, cuando el Gran Espíritu creó el mundo, entregó a cada animal un árbol determinado.
El Baobab fue a parar a manos de la hiena quien disgustada lo arrojó al suelo y es por esto que el árbol parece que crece al revés, con las raíces vueltas hacia arriba como si fueran ramas.    La duda que prevalece en la comunidad científica es que debido al calentamiento global y el fenómeno de combustión espontánea, es posible que pronto los Baobabs dejen de existir.  

Otra especie de Baobab se encuentra en Australia y es el Adansonia Gregorii, autóctono de la zona occidental y dotado de una copa hueca de color marrón.  Se dice que a finales del siglo XIX se utilizaba como prisión para aborígenes. La historia no es absolutamente comprobable pero es lo que se les cuenta a la mayoría de los turistas.

En 1994 una pequeña comunidad oaxaqueña fue presa del pánico cuando se supo que el Arbol del Tule estaba muriéndose.  Expertos del mundo entero acudieron a estudiar este ejemplar de ciprés de Moctezuma, de casi 43 metros de altura y circunferencia de 58 metros.  Sus ramas con la curva de una bóveda que semejan la arquitectura de una catedral gótica habían llegado a descender casi hasta el suelo pero ahora las hojas se estaban tornando amarillas en plena primavera y había ramas muertas tiradas todo a su alrededor.
El árbol estaba padeciendo una gigantesca falta de agua - concluyeron los expertos pues durante siglos el ciprés había disfrutado de la abundancia de un carrizal bañado por dos ríos de la región hasta que se fue secando, se erigió una iglesia justo al frente, se hicieron jardines alrededor y se pobló de visitantes y vendedores.   Los consejos que dieron los especialistas:  dotarlo de agua suficiente, poner una valla y desviar el tráfico peatonal se siguieron al pie de la letra y unos seis años después el árbol ya mostraba señales de recuperación.  

Hay quien se abraza de los árboles como suele verse con las secoyas en los bosques de California, pero en Oaxaca la sensación es que el Arbol del Tule es quien abraza y acaricia a uno.   
Respecto a su edad, no ha sido fácil cuantificarla. Su corteza crece a velocidad extraordinaria por estar en una zona con veranos húmedos y cálidos.  Pero la leyenda zapoteca a propósito de su edad es sumamente grata: Un servidor del Ehecatl, dios de las tormentas entre los aztecas, lo plantó para disfrute de la gente de Tule hace unos 1,400 años.    

En una de sus crónicas, Alexander Von Humboldt aseveraba que este gigante no era un árbol sino un conjunto de tres troncos unidos entre sí.   Hoy día los admiradores del árbol ya pueden refutar este argumento pues con el estudio del ADN, el árbol es un único ejemplar y no tres nacidos de otras tantas semillas.  

El cedro del lago Quinault en el estado de Washington está considerado como el mayor árbol de su especie en el mundo.  Es un cedro rojo occidental de la misma variedad que los indios de la costa del Pacífico elegían para tallar un tótem.  La madera de este cedro lamentablemente fue formidable para que los europeos construyeran viviendas por lo que los colonizadores arrasaron con los bosques originales.  Estos cedros inspiraron a Tolkien en la creación de los Ents, una especie de seres mitad árboles y mitad humanos de enormes dimensiones, quienes se dirigen hacia Sauron donde Saruman ha encargado la tala indiscriminada. Los Ents resultan vencedores destrozando con sus raíces la maldita fortaleza .

De gigantes pasamos a los árboles enanos.  A principio del siglo XX se desató en Japón la euforia por ir a la búsqueda de árboles en miniatura en el Monte Ishizuchi o el Monte Fuji.  Esos árboles enanos se habían desarrollado así de forma espontánea entre peñazcos y asotados por el viento y el hielo.   Se pretendió imitarlos y después de años dentro de una prisión forzada en una maceta minúscula se fueron aclimatando a sus nuevas dimensiones.  Los expertos en bonsai dicen que que un árbol puede convertirse en un ser prácticamente inmortal.  No es que hayan encontrado el secreto de la eterna juventud, sino el de la vejez eterna, dicen irónicamente.  

El Arbol de la Noche Triste fue un grandioso ahuehuete- el árbol más famoso de la historia de México, hoy un cadáver calcinado.  En 1980 las noticias anunciaban que el antiguo árbol se había incendiado ardiendo más de seis horas.  Pero esta no fue la primera vez que el árbol era presa de las llamas.
De acuerdo a la crónica periodística, el árbol se incendió por primera vez el 2 de Mayo de 1872.  Hubo muchos señalados pero nada pudo probarse.  El viejo árbol se salvó de milagro. Quedaban aún diferentes capas de corteza por donde podía circular la savia.  Por muchos años se le inyectó alguna sustancia que ayudaría a preservarlo.  Después del segundo incendio en 1980 ya solo queda el rastro y recuerdo de lo que fue aquel enorme ahuehuete.

Abundan metáforas, similitudes y proverbios respecto a la fortaleza del árbol, a la sombra y cobijo que nos brindan.  Hay grupos que se dedican a abrazarlos, otros se dedican a estudiarlos, otros se han dado a la tarea de recopilar sus semillas para preservar su historia. La fundación de Monticello que conserva todo lo relacionado con Tomás Jefferson conserva celosamente semillas de frutos de aquellos árboles que Jefferson plantó y cuidó hace más de 200 años.

El Populus tremuloides- Alamillo- que familiarmente conocemos como aspen, lleva este nombre genérico debido al número y movimiento continuo de sus hojas que parecerían multitud de gente.  El apelativo del latin Tremulus añade además que las hojas están en  constante movimiento creando un sonido aún con el viento más ligero.
Pero lo más interesante del aspen es que sus raíces brotan lateralmente y dan origen a nuevos árboles. Hileras de ellos brotan en áreas deforestadas y en subterráneo están unidos, prácticamente una raíz, una misma energía.  Este es el único árbol que así se comporta.

En nuestros jardines los plantamos cercanos unos de otros. La arquitectura del paisaje es práctica y no poética y por ende se olvida de lo que una vez  Hermann Hesse dijo: Los árboles son solitarios. No son ermitaños que se han aislado a causa de alguna debilidad sino solitarios como hombres grandes en su soledad, como Beethoven, como Nietzche. Sus raíces descansan en lo infinito.  En ellos se han marcado las luchas, las enfermedades, la dicha, la prosperidad, los años flacos y los años frondosos, los ataques superados y las tormentas sobrevividas.  




viernes, 31 de agosto de 2012

Logros Pequeños y Grandes Momentos


Cuando Neil Armstrong dio el primer paso en la luna yo era una niña. Jamás podré olvidar ese día en que sentada en la alfombra y acompañada de mis sobrinas que fueron siempre  como mis hermanas, pasamos clavadas frente a la televisión viendo la llegada del módulo lunar y lo que fue sucediendo segundo a segundo. Lo aparatoso del traje espacial hacía que los movimientos de los astronautas fueran aún más cadenciosos y por lo mismo más emocionantes.  Era de lo único que quería yo hablar.

Todo respecto a la luna, todo respecto a los astronautas, todo respecto a Neil Armstrong. Era tal la pasión por el tema que ideamos escribirle una carta para felicitarlo.  
Recuerdo bien que mi hermana -a través de una amiga en la ciudad de Houston Texas- nos consiguió la dirección a donde debíamos de dirigir el sobre.  Pasamos varios días trabajando en la redacción y finalmente sellamos el sobre y pegamos la estampilla de Correos de México deseando con toda el alma que Neil Armstrong recibiera nuestra carta.  Aquel fue un verano maravilloso.  Nuestra vida de juegos, imaginación y convivencia nos llenaba de sol y de dicha. Pasados tal  vez un par de meses, un día recibimos un sobre tamaño carta de papel  manila con el membrete de NASA.  No sé qué tanto gritamos, brincamos, giramos antes de abrirlo.  Dentro venía una hermosa fotografía de Neil Armstrong, no equipado con el traje de astronauta, sino de traje y corbata sentado frente a su escritorio. La fotografía estaba dedicada a mí y decía en Inglés:  Alejandra, siempre sigue tus sueños.  Tu amigo: Neil Armstrong.

La garganta se me secó y se me hizo un nudo en el estómago.  Mi mamá me consiguió un portarretratos y la foto del primer hombre que pisó la luna estuvo siempre sobre la cómoda de mi recámara.  Neil Armstrong había logrado hacer su sueño realidad.


¿A qué edad comienza uno a soñar con un futuro?
La mayoría de las veces el futuro nos cae encima de un solo golpe- pero de la forma de un pequeño incidente que abrirá el torrente de pasión e inspiración que formará una vida.  Todos, desde los más famosos, se han tropezado, caído de la escalera y sufrido sinsabores como cualquier otro mortal.  


Pero hay algo que nos marca a ellos y a nosotros:  
Cuando Stephen King cumplió 2 años, su papá abandonó a la familia y lo único que dejó fue una caja llena de libros de bolsillo de ciencia ficción. 
A los 3 años, Ernest Hemingway salió por primera vez de pesca al lago Michigan con su padre.  
Luis Braille solo tenía 3 años cuando se lastimó jugando  con un punzón en el taller de un zapatero y perdió un ojo; dos años después pierde el otro.  
Mick Jagger y Keith Richards se conocieron y se hicieron amigos desde los 4 años.  
Yo-Yo Ma aprendió a tocar el cello a los 5 años y su papá lo hacía practicar media hora diariamente.  J.K. Rowlings escribió su primer cuento acerca de un conejo con paperas cuando apenas tenía seis años.  
Una tía pidió que le guardaran un piano que no cabíaen su casa y Leonard Bernstein de 11 años, pidió a sus padres que le consiguieran un maestro que le enseñara a tocar.  A los doce años, Federico Fellini se escapó con la caravana de un circo.  La Policía lo arrestó y de inmediato lo regresó al estricto internado católico donde vivía desde hacía ya varios años.  
Igualmente a los doce años, Steven Spielberg recibió su primera cámara de cine, una Kodak de 8mm y filmó su primer película, un Western con un presupuesto de ocho dólares.  

¿Necesitamos más muestras de la marcas que la vida nos va dejando? 


En 4to. grado de primaria nos encargaron la tarea de escribir nuestra biografía (cosa que tomaría unos 4 o 5 renglones) y que a partir de allí escribiéramos lo que desearíamos ser cuando fuéramos "grandes".  Yo escribí que deseaba ser como un par de personas que admiraba y además que quería yo ser arqueóloga.  Mi mamá me dijo que me felicitaba que tratara yo de emular a los mayores,  pero que me olvidara de lo de la arqueología porque ya todo estaba descubierto. Hoy pienso con tanto cariño que cuando se imaginó que yo iría a sitios lejanos y que su corazón no soportaría la nostalgia decidió descorazonarme a como diera lugar.  Ella lo dijo, yo lo creí en ese momento.

Al mismo tiempo que todos hablábamos acerca del hombre en la luna, apareció la noticia de un nuevo avión, el Concorde que haría vuelos supersónicos y que muy pronto Air France estrenaría.   Ese fue mi siguiente sueño: "El día que yo cumpla 50 años- me dije- voy a volar en el Concorde a Paris." Faltaban décadas.  Por años recorté todos los artículos que salían en los periódicos y revistas respecto al avión del futuro.  Sin embargo, mucho antes que yo cumpliera el medio siglo, el terrible accidente hizo que el Concorde ya no volviera jamás a volar por lo que mi cumpleaños 50 lo celebré no cruzando la barrera del sonido sino en grata compañía de amigos.  

Estas anécdotas no significan que mis sueños han sido imposibles de realizarse.  De cada uno de ellos se han desprendido otras ramificaciones que me han llevado a abrir otras puertas con sorpresas y mundos que jamás hubiera yo imaginado.  Sin embargo, nadie la tenemos fácil. Todo en la vida tiene un costo y muchas veces para poder levantar el vuelo, tenemos que eliminar el lastre que no nos deja emprenderlo.  

Allguien a quien amo intensamente una vez me dijo:  La vida es un Proyecto.

Es similar a cuando compras un rompecabezas.  En la portada de la caja viene una increíble ilustración para armar con miles de piezas.  Uno se engancha en la tienda con aquella fotografía impresa en papel brillante.  El asunto comienza al momento de volcar todas las piezas sobre una mesa. Es interesante pensar que cuándo uno empieza un rompecabezas se tiene la ilusión de lograr algo, y en automático se comienzan a unir piezas por la parte que pensamos es la más sencilla. Una te lleva a la otra. Un rompecabezas puede quedar extendido en una mesa por larga temporada y que no se logre  armar en mucho tiempo, o que llegue el hartazgo  y simplemente se deje sin armar.

La rapidez de conectar las piezas fáciles nos pone alegres, pero aquellas otras piezas y zonas, horizontes, cielos y mares por ejemplo, son las áreas más difíciles pues muchos colores convergen y se enlazan unos con otros tenuemente.  Si se ve de muy cerca, ninguna pieza salta a la vista, todas son idénticas.  Al verlo desde la distancia, tal vez aquella pieza que buscamos de repente se puede hacer visible.  Así es como me dijeron que se imagina uno la vida.  En ocasiones incluso el rompecabezas no se puede terminar porque hay una pieza que se perdió y quedará inconcluso para siempre.

Todo forma parte del proyecto que cada uno nos trazamos y que incluye además infinidad de sueños a realizar.

Por cierto, mi foto autografiada por Neil Armstrong un día desapareció misteriosamente de su portarretratos. Espero que quien la tenga se haya sentido inspirado como a mí me hizo sentir por mucho tiempo.

Además leí que en unos cuantos años muchas aerolíneas estrenarán otra aeronave maravillosa el Boeing 787 el avión del siglo 21 que no va a cruzar el atlántico atravezando la barrera del sonido, pero ¿para qué quisiera llegar tan rápido? Mejor me tomo despacio una copita de vino a miles de pies de distancia antes de comenzar la celebración de otra década más de vida.






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lunes, 6 de agosto de 2012

Acerca del colibrí


Todos los días tomo mi desayuno frente a uno de los espectáculos más maravillosos que la naturaleza me puede regalar y que es el vuelo de decenas de colibrís alrededor de dos comederos que he colocado para sentarme a disfrutarlos.   El siguiente es un ensayo que solamente transcribo. El crédito al autor lo hago al final del mismo: 
Te pido que pienses en un colibrí, pero que lo hagas con detenimiento.  El corazón del colibrí late diez veces por segundo. El corazón del colibrí es del tamaño del borrador de un lápiz y para él, su corazón es lo más importante. Los primeros exploradores de América los llamaron  "Joyas Voladoras", pues los europeos jamás habían visto criaturas similares ya que los colibrís aparecieron en el mundo exclusivamente en América y en ningún otro lugar del universo: más de trescientas especies chillando y zumbando y buscando el néctar de las flores.  El palpitar de su corazón es más fuerte de lo que pudiéramos imaginar si es que nos fuera posible colocar nuestras gigantescas orejas sobre su infinitésimo pecho.
Cada uno visita más de mil flores al día.  Pueden clavarse a una velocidad de 95 kilómetros por hora, pueden volar hacia atrás, pueden volar más de 800 kilómetros de distancia sin detenerse a descansar.  Pero eso sí, cuando reposan,  prácticamente se acercan a la muerte.  En noches heladas o cuando están hambrientos se remiten a un letargo, reduciendo su metabolismo a una quinceava parte de su ritmo normal mientras duermen.  Sus corazones casi se detienen, palpitando levemente y de no encontrar pronto el calor, de no encontrar aquel alimento dulce, sus corazones se enfrían y la joya voladora deja de existir.   Te sugiero que pienses por un momento en esos colibríes que no abrieron sus ojos el día de hoy, justo hoy en algún lugar de América: el Colibrí Real, el Rufo, el Centelleante, el Coliancho. El Colibrí de esmeraldas, el Colicorto, el Gorginegro, el Cometa, el Verdoso Norteño, cada uno el ser viviente más impresionante, más asombroso que hayas visto, con un corazón rugiente del tamaño de la uña de un infante, un corazón que ya guardó silencio, una música brillante que se detuvo por completo.   Los colibrís como todas las aves pero mucho más que todas las variedades, cuentan con un enorme, inmenso y feroz metabolismo.  Para que su metabolismo funcione necesitan que su corazón lata como si fuera un coche de carreras, a velocidad vertiginosa.  Sus corazones están hechos de fibras más ligeras y menos grasosas que los nuestros.  Sus arterias más duras y más tirantes. Los músculos de su corazón tienen más mitocondrias, todo lo que se necesita- se puede decir -para engullir más oxígeno.  Sus corazones están adheridos a la piel para luchar contra la gravedad y la inercia en su enloquecida búsqueda de alimento y la loca idea del vuelo.  El precio de su ambición es una vida que se mantiene siempre muy cerca de la muerte.  Sufren ataques al corazón y aneurismas más que cualquier otra creatura viviente.  El precio de volar es muy caro.  Te quema, acabas con la maquinaria.  Cada criatura en la tierra cuenta con alrededor de 2 billones de latidos de corazón para utilizar durante su vida.  Puedes usarlos lentamente como una tortuga que llega a vivir hasta 200 años o puedes gastarlos rápidamente como el colibrí y vivir solamente dos años.  El corazón más grande del mundo es el de la ballena azul.  Pesa más de 7 toneladas. Es tan grande como una habitación y cuenta con cuatro cámaras. .  Un niño podría caminar dentro de él con la cabeza en alto y solo agacharse para cruzar a través de las válvulas.  Las válvulas son del tamaño de un par de puertas abatibles como aquellas que se usaban en las cantinas.  Este corazón del tamaño de una casa mantiene viva a una criatura que mide más de 38 metros  de longitud.  Esta criatura nace midiendo 6 metros y pesando ya 4 toneladas.  Es más grande que un automóvil.  Bebe más de 350 litros de leche de su madre diariamente y su peso aumenta 90 kilogramos cada día .  Cuando alcanza la pubertad desaparece del radar humano pues es muy poco lo que aún se sabe acerca los hábitos de reproducción, patrones de viaje, dieta, vida y estructura social, lenguaje, enfermedades, espiritualidad, guerra, historias, penas y tristezas y arte de la ballena azul.  Existen tal vez 10 mil ballenas azules en el mundo y habitan en todos los océanos de la tierra siendo el mamífero más grande del cual sabemos tan poco.  Lo que sí sabemos es que estos animales cuyo corazón es el más grande de todos, viajan siempre en pareja, sus lamentos penetrantes, su idioma como un grito nostálgico y penetrante , puede ser escuchado a varios kilómetros de distancia.
Los mamíferos y las aves tienen corazones de 4 cámaras. Los reptiles y las tortugas tienen corazones de 3 cavidades. Los peces tienen corazones de 2 cavidades.. Los insectos y los moluscos de una.  Los gusanos tienen corazones de 1 cámara aunque muchos tienen hasta 11 corazones con 1 cámara cada uno.  Las bacterias unicelulares no tienen corazones pero incluso ellas tienen un fluído que se mantiene eternamente en movimiento, impregnándolas a cada una.  No existe ser viviente alguno que no tenga un líquido interior en movimiento.  Dentro de todos nosotros hay algo que navega  y se revuelve.
Es tanto lo que se guarda en un corazón durante toda la vida.  Es tanto lo que un corazón alberga en un día, en una hora, en un instante.  Y realmente no estamos abiertos a nadie, a final de cuentas, ni a una madre o un padre, ni esposo ni esposa, ni amante, ni hijo, ni amigo.  Abrimos ventanas a cada uno pero vivimos en soledad dentro de la casa del  corazón. Tal vez así deba de ser.  Tal vez no podríamos soportar el estar al desnudo por miedo a que nuestro corazón sea maltratado. De jóvenes pensamos que llegará una persona que nos disfrutará y estará a nuestro lado siempre. Cuando crecemos nos damos cuenta que este es un sueño infantil, que todos los corazones a final de cuenta son lastimados, heridos, rotos y con cicatrices, reparados por el tiempo y por la voluntad, parchados por la fuerza del carácter pero quedando siempre frágiles y desvencijados sin importar cuan feroz haya sido nuestra defensa y de cuantos ladrillos hayamos edificado una muralla a su alrededor.   Uno puede levantar un muro altísimo, y duro y frío y tan impenetrable como uno quiera y el mismo muro puede ser derribado en un instante, con una mirada, con la voz y el aliento de un niño,con las palabras: “escúchame que tengo algo que decirte”. El muro se colapsa con el golpe y la rotura de cristales en una autopista,frente a un animal malherido , o al sentir la mano seca y arrugada de una madre pasándola sobre tu cabellera, o bien la voz de tu padre avisándote que el desayuno que preparó para tus niños ya está listo.      

Esta es una traducción de un hermoso ensayo escrito por Brian Doyle cuyo título es “Joyas Voladoras”. La traducción es mía y me tomé la libertad de hacerla después de haber buscado sin éxito si alguien más ya lo había hecho.



 


jueves, 3 de mayo de 2012

La historia de una nube



Una y mil razones han habido para que mi blog de textos quedara olvidado y empolvado por varios meses. 
La intención de “Un Relato al Mes” había quedado abandonada.    

Hay muchas actividades en la vida a las que uno entra con absoluta disciplina cuando se trata de cosas prácticas y sé que los escritores siempre han aconsejado que para comenzar a escribir hay que primero sentarse para poder hacerlo. Pese a escuchar en mi cabeza este consejo, había muchas cosas que se necesitaban apaciguar en mi mente para poder encontrarle el inicio a este hilo que me permite ir desenrrollando  despacito  para que una historia se vaya conformando.   

Y las cosas, como las fechas, tarde o temprano llegan. Y hoy supe y sentí que era el día para dejar salir algo a través de estos sencillas líneas para marcar una nueva etapa en la vida de mi familia inmediata. 

Dentro de unos días será la graduación universitaria de Isabel, una Isabel que desde niña sabe, cuenta y escribe historias.  En los próximos días cerrará una puerta para abrir una nueva y me queda claro que en esa mochila que siempre carga con sus cámaras y en su bolsa de Perú que jamás suelta, lleva todas las herramientas que le ayudarán en combinación con su inteligencia y su capacidad para ver y amar la vida.    

Isa hace poco nos confesó a Alfredo y a mí que algo que le había gustado mucho de nosotros es que siempre la tratamos desde pequeña como si fuera ya una persona grande. Eso no significó que no disfrutara al igual que nosotros con ella de una tierna infancia donde cada noche se dormía después de ser leída y cantada- donde cada uno teníamos un repertorio coral distinto para acompañarla al mundo de los sueños.   

Ella voló de casa a temprana edad, antes de cumplir sus quince años pues tenía el deseo y la curiosidad de descubrir y abrir todas las puertas que estaban frente a ella y que le permitirían conocer otros mundos y desde el momento en que partió la he extrañado todos y cada uno de los días de mi vida y más aún si oigo a Serrat cantando: “Qué va a ser de ti lejos de casa…nena que va a ser de ti” 

¿Pero cómo podíamos detenerla? Habíamos de impulsarla a lograr esos sueños que apenas eran pequeñitos pero que tal como lo veo hoy han afianzado la raíz de una planta trepadora que sube y sube y entre sus hojas la envuelve, la protege del sol si es necesario, y le permite seguir escalando. 
Isa está llena de anécdotas, de historias, de canciones. Su vida es intensa y apasionada. Su plática grata e inteligente. Su entrega a los que ama es incondicional. 
Su vida es austera, jamás se anda con rodeos y a las cosas las llama por su nombre. 
Amo y envidio su fortaleza ante todo lo que se le presenta. Aprendió a luchar y a solucionar.  

En unos días la podré ver con su toga y su birrete y justo ahorita que escribo, en este torrente de recuerdos y nostalgia me viene al corazón y a mi cabeza el momento en que una tarde de Septiembre cuando apenas comenzaba el Primer Grado de Primaria nos anunció en la mesa:   
-Este año yo le voy a pedir a Santaclós que me traiga una Nube.    
Yo de inmediato me imaginé cosiendo una nube de gasa, rellena de suave algodón, con hilos transparentes para colgarla en su cuarto. ¿O hacerle una Quilt de nubes? ¿O pintarle una acuarela?  Pero ese no era el tipo de nube que Isa quería.  Ella deseaba una nube de verdad.  Habíamos pensado que la historia se iba a diluir con aquel bombardeo de comerciales de juguetes en la tele y las jugueterías…. 
-Isa, y si pides que te traiga el Yate de Barbie? ¿La Barbie que patina? ¿El juego de las Princesas?
Ni siquiera escuchaba.   
-Yo estoy segura que voy a recibir la nube, decía.  -Y cuando me suba al camión de la escuela, voy a sorprender a todos abriéndola y de mi nube va a caer la lluvia.    

Ya no era “Una Nube” Ahora era “ Mi Nube “.   Al paso de las semanas cuando vimos que la petición  cobraba más y más fuerza, Alfredo y yo nos dimos cuenta que estábamos en un verdadero lío. 
En aquellos tiempos, en el negocio de Alfredo trabajaba un tipo muy brillante pero a cuan más extraño.  Podía resolverte el problema más complejo pero no le dejaras a su cargo una llave para que se la entregara a otra persona pues su día se convulsionaba. 
Con dichas cualidades y personalidad era muy factible que nos pudiera ayudar a resolver aquel problema.  
Alfredo le expuso el reto. 
-Dame un par de horas para pensar y resolverlo, le respondió. 

Durante el transcurso de la tarde, lo vimos sentado por varias horas en un banco del parque , inmóvil y pensativo.    Ya entrada la noche nos envió una lista de materiales garabateada en la parte posterior de una nota de venta.    No tengo el recuerdo exacto de cada uno de los ingredientes que mandó pedir para elaborar el milagro pero algunos de ellos eran: thinner , éter, cera para zapatos blanca de la marca “El Oso” (Ojo que una marca distinta no iba a funcionar) y otras tres o cuatro sustancias.    Recibió una bolsa con los encargos, tomó el Metrobús y desapareció.  Dos, tres días, 23, 24 de Diciembre al mediodía.   

- Allí lo busca E. anunciaron en el interfón, y de una bolsa de mercado aquel hombre sacó un frasco de vidrio de esos con sello de presión de goma.  Dentro había una sustancia transparente y un poco espesa.  Nos le quedamos viendo.   
 –No se preocupen, es normal.  La nube se va a formar.  Y diciendo esto se marchó por donde vino.   

Alfredo  colocó el frasco junto al pequeño zapato de Isa y ambos pedimos en silencio que sucediera lo que E. había pronosticado.    A la mañana siguiente, cuando Isa vio el frasco se agachó y permaneció inmóvil y en silencio, solo observando.  Lo tomó entre sus manos y vio como una nube danzaba dentro de aquel diáfano líquido. 

 Lo fascinante del momento para nosotros no era el fenómeno químico sino los ojos de la criatura, la transparencia de su pensamiento al saber que lo que uno le pide a la vida es factible de realizarse.    La nube no se quedó atrapada permanentemente así como no puede atrapar para siempre un arco iris.  De hecho, aún conservamos el frasco con sello de presión de goma y aunque ya no tiene pinta de nube, algo siempre flota allí dentro.   

Muchas anécdotas se desprendieron de nuestra historia después de ese día, incluyendo otras criaturas que habían decidido pedir para el año entrante no solo una nube sino también una estrella.  
Ahora llega el momento en el que a Isa le toca ir por la estrella y no dudo que la alcance pues siento que su cielo estará repleto de ellas.