jueves, 25 de febrero de 2010

DOS ENIGMAS DE LA HISTORIA


Existe algo en la naturaleza humana que nos atrae hacia lo misterioso. Siempre estamos buscando conclusiones…bueno, casi siempre.  Queremos conseguir respuestas pero nos resignamos fácilmente si no las obtenemos.  El misterio nos fascina, nos intriga, nos cautiva. Su incertidumbre le da un sentido de desconcierto atrayente pues un misterio no resuelto adquiere el aire de novela. 
Tomemos por ejemplo el caso de Anastasia, la duquesa rusa adolescente hija del último Zar quien escapa de los Bolcheviques asesinos y se establece en algún lugar de Europa bajo otra identidad.  Este fue uno de los mitos más duraderos en la historia del mundo y efectivamente hoy se le conoce como mito pues durante la primera década del siglo XXI , gracias a la ciencia del ADN, las pruebas han dado por concluida esta fábula.

¿ Será verdad que Napoleón Bonaparte murió asesinado?
Sabemos con certeza cuando y donde murió el famoso emperador francés: falleció en exilio en la isla de Santa Elena el 5 de mayo de 1821.  Se sabe también que padecía una infección crónica en las vías urinarias  lo que lo hacía propenso a desmayarse dada su condición física o algún otra dolencia.  Sabemos de igual manera que la causa oficial de su muerte fue una úlcera cancerosa gástrica.
Aún así, dos siglos después y con más de doscientos mil libros escritos acerca de una de las figuras más famosas de la historia universal, la opinión permanece dividida en cuanto a la causa de su muerte.  Más de 30 posibilidades se han puesto sobre la mesa-teorías que van desde gonorrea, sífilis, escorbuto y hepatitis- pero las dos que siempre prevalecen son el diagnóstico inicial de cáncer y la probabilidad de haber sido envenenado, es decir, asesinado.
Se sabe que aproximadamente un mes antes de su muerte Napoleón tenía episodios violentos de vómito. Esto se podía relacionar claramente con los padecimientos que ya sufría, pero especialistas en teorías de conspiración han afirmado siempre que todo apunta a un envenenamiento sistemático.
Ciertamente existían razones para que muchos desearan que Napoleón continuara enfermo o bien que falleciera, y estas razones son expuestas por diversos historiadores en diferentes partes del mundo.   Una hipótesis es que alguno de sus fervientes seguidores  mantuviera enfermo al ex-emperador  para que la opinión pública en Francia que ya de por sí era Pro-napoleónica, se compadeciera de la salud del mandatario y por lo tanto la presión para regresar al héroe a Paris fuera incontenible.    Al otro lado del espectro, se sabe que Hudson Lowe el gobernador inglés en la isla de Santa Elena coludido con el Conde de Montholon en Francia deseaban ver a Napoleón bajo tierra de una vez por todas.  Ambos hombres conocían el hecho de que Napoleón había escapado de la Isla de Elba en un exilio anterior y no querían jugarse la suerte de ver al ex-mandatario escapar de nuevo. Para ellos, Napoleón debería de quedar fuera de la jugada para siempre. 
Diversos  estudios históricos modernos parecen inclinarse a una de las dos hipótesis respecto al cáncer o el envenenamiento. 
En el año 2007 un equipo de investigadores de Estados Unidos, Suiza y Alemania, utilizando prácticas modernas así como las memorias escritas por el médico que atendió a Napoleón durante los últimos meses de su estancia en Santa Elena concluyeron que las causas de su muerte habían sido debido a un cáncer gástrico sumamente avanzado y una nueva prueba que se añadió a la evidencia fue el registro de que en esos últimos meses de vida, la talla de sus pantalones había disminuido considerablemente lo que indicaba que el ex-emperador había perdido más de 9 kilos .  Pero en el año 2001 el Instituto de Estudios Forenses de Estrasburgo Francia, habiendo examinado muestras del cabello de Napoleón, determinó que el hombre había sido expuesto a grandes dosis de arsénico. ¿ Sería posible que esta sustancia hubiera sido parte de la composición de la pintura en los muros de la casa donde habitaba? ¿Sería posible que el gobernador de la isla de Santa Elena hubiera alterado el vino favorito de Napoleón en ese tiempo, el Vino de Constantia (vino dulce de sobremesa que provenía de la República de Sudáfrica)?
¿Napoleón fue asesinado?  ¿Alguna vez lo sabremos?

¿Qué sucedió con el oro de los Nazis?
Esta es la historia de uno de los golpes más grandes y de una de las más prolongadas cacerías –en busca de un tesoro- que aún no ha dado fin.  El perpetrador por supuesto, Adolfo Hitler. Los cazadores han sido individuos y naciones alrededor del mundo.  Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la economía estaba deprimida y con pocas posibilidades de sostener la ofensiva global que Hitler imaginaba.  El modus operandi de los Nazis se convirtió en el saqueo de oro, alhajas obras de arte y demás riquezas de los países que conquistaban.  Por ejemplo, al tomar control sobre Checoslovaquia, Austria y Danzig entre los años 1937 y 1939, el régimen Nazi acumuló reservas en oro por más de 70 millones de dólares. De acuerdo al Departamento de Estado norteamericano, en el tiempo que duró la guerra los Nazis se robaron más de $400 millones de dólares en oro de las naciones ocupadas y más de $140 millones de dólares de fortunas personales.  Una de las más infames atrocidades cometidas fue la extracción del oro dental de presos en campos de concentración.  Los museos y casas habitación en Berlín fueron saqueados y ya no contando con espacio para guardar el botín, Hitler tuvo otra brillante idea de guardar su tesoro en los castillos de las regiones alpinas.  Cuando los Aliados los fueron cercando, los Nazis ya en modo de escapada se llenaron los bolsillos con lo que más pudieron. Una gran reserva de oro (más de 100 toneladas) que custodiaba el Reichsbank fue transportado en tren al momento que las bombas comenzaron a caer.  Una parte fue escondida en una mina de Potasio a 200 millas al suroeste de Berlín y fue recobrada por las tropas del General Patton pero aún no se recupera el faltante.  El oro y las divisas que ya había salido del país y se había depositado en cuentas bancarias de países neutrales como Suiza simplemente siguió moviéndose. El reporte de un agente de la Secretaría del Tesoro norteamericano que había sido sellado en 1946 y cuyo expediente se abrió 50 años después, indicaba que millones de dólares en monedas de oro aparecieron en una cuenta numerada de un banco suizo perteneciente al Vaticano, y en Enero de 2000 se presentó una demanda civil contra el Banco Vaticano, la orden Franciscana y otros acusados.      También se dice que la Mafia se sirvió con el cucharón grande  pues supuestamente Lucky Luciano tenía contactos fuertes con la Banca suiza y se reportó que muchos millones de dólares en oro fueron lavados hacia cuentas anónimas.  Incluso antes de que la guerra terminara, uno de los secuaces de Hitler, Martin Bormann transportó su cargamento de riquezas através de Francia y hacia España donde fue colocado en submarinos y transportado hasta Argentina.  Se dice que Juan y Eva Perón tomaron el control de gran cantidad de este botín y nuevamente depositaron más de $800 millones de dólares en cuentas de Bancos suizos. 
Y también, en lagos alpinos en las montañas de Austria, los Nazis hundieron cantidad de cajones herméticos llenos de oro.   Nuevos descubrimientos se hacen cada año en los lagos, en las montañas y en los bancos más conservadores como por ejemplo, en el Banco de Inglaterra  donde se encontraron siete toneladas de oro Nazi.   Siempre hay una investigación o se está presentando una demanda en distintos lugares del mundo.  
Es un hecho que el expediente nunca se va a cerrar pero aún existe algo así como el Santo Grial para los buscadores de tesoros, algo que están empeñados en encontrar: La Sala Ámbar.  Cuando la Armada Nazi invadió la Unión Soviética en 1941, saquearon entre otros objetos de valor el interior de un salón en el palacio de San Petersburgo que estaba completamente tapizado en ámbar y oro. Se corrió el rumor que tal vez los paneles se habrían perdido en el mar; tal vez se hicieron pedazos con la caída de las bombas, tal vez fueron enterrados en una gruta en Deutschkatharinenberg donde se excavó en el año 2008 sin éxito. Hasta que se localicen las piezas que conforman el Salón Ámbar, la sociedad actual solamente habrá visto una réplica construida en Pushkin cerca de San Petersburgo.  Su extravagancia y descaro son claros equivalentes de la ambición Nazi: Lo desmantelaron, lo desaparecieron, trataron de robar y despojar todo a todos los que tuvieron frente a ellos. y trataron de gobernar al mundo.