jueves, 14 de junio de 2007

EL TESORO DE FLOR DE NIEVE

Chinese Bound Feet(7)Image by DrJohnBullas via Flickr




La procesión caminaba lentamente por el desierto de Gobi con dirección a la Ciudad Prohibida en Pekín. Los cargadores del palanquín trataban de mantener el paso y tras ellos venía la caravana de animales cargando oro, sables tallados, halcones, jade y maravillosos tapetes, zafiros del sur, ámbar y porcelanas. Hombres procedentes de Mongolia, cubiertos con sombreros de pieles y casacas de cuero bordadas y vagones cargados de arroz como tributo avanzaban por los caminos polvorientos.Todo aquel que veía pasar la caravana se detenía para admirar el palanquín dorado y trataban de espiar el tesoro que las cortinas envolvían.
Pero nadie sabía que era ella quien deseaba mirar aunque sea unos segundos aquel mundo que se desenvolvía allá afuera. Aquel palanquín no atesoraba el jade ni las piedras preciosas, sino a una asustada niña llamada Flor de Nieve enviada por su familia a una lejanísima ciudad para casarse con un hombre que jamás había visto.La tradición señalaba que ella permanecería escondida de la mirada de los demás vestida con un suntuoso traje de novia confeccionado con seda escarlata y bordado en oro. Un tocado de plumas y mariposas con piedras preciosas cubría su cabeza y un delicado velo de perlas tapaba su cara de tal manera que Flor de Nieve no tenía la posibilidad de mirar todo lo que iba sucediendo a su alrededor. Ella solo podía mirar al piso, y de esta forma solo podía ver sus pies: aquellos pequeños “pies de loto” de 6 centímetros de largo metidos en unas bellas zapatillas de matrimonio.En ese momento recordó aquella mañana cuando vio a su madre invocar a Kuan Yin la diosa de la misericordia. Flor de Nieve corría por el patio con sus hermanos. Tenía 6 años. De pronto se topó con una mujer mayor que traía consigo una serie de herramientas misteriosas, mismas que cambiarían su vida para siempre. Flor de Nieve ya no correría con sus hermanos ya que en China una niña no podía correr lejos de la tradición y no dejarse atrapar. La tradición China que marcaría cada paso de su vida era la misma que haría de sus pies dos pequeños tesoros en forma de flor de loto. Flor de Nieve tenía el cutis como su nombre y hermoso cabello negro como la seda. Pero el mayor tesoro que ella aportaría al matrimonio con aquel prominente hombre de negocios en Pekín no era su cabello, su voz, su suave piel, sus canto ni su exquisito bordado sino aquellos pequeños pies enfundados en las zapatillas rojas. Cuando llegó el momento de hacer el trato, la casamentera no llevó a la familia del novio un retrato de la hermosa joven: la casamentera llevó un pequeño par de zapatillas que la misma Flor de Nieve había bordado, así como un pergamino con el listado de los bienes que su familia aportaría como dote a la unión matrimonial. Su futura suegra no había cuestionado nada acerca de la niña. Solo había observado con minuciosidad las zapatillas y lo pequeñas que eran.
Esos pequeños zapatos demostraban que la niña había sido capaz de soportar inmensos dolores y por lo mismo sabría entonces obedecer. El detalladísimo y fino bordado era también muestra de alguien que está dispuesto a aceptar gran disciplina.Cuando las cortinas del palanquín se abrieron una vez dentro de la Ciudad Prohibida, Flor de Nieve supo que no habría ya nada porqué preocuparse. Ella confiaba que lo minúsculo de sus pies de flor de loto y los exquisitos zapatos que ella misma había bordado para este día le traerían la admiración de todos y más adelante un gran poder.Esta no es una historia limitada a la nobleza en China. Esta es la historia de millones de mujeres, misma que comenzó por lo menos hace más de mil años y se llevó a cabo durante el período conocido como las Cinco Dinastías y los Diez Reinos. Fue abolida en su totalidad cuando el comunismo, abanderado por Mao Zedong, proclamó la República Popular China en 1949.El origen de esta costumbre es un misterio. Lo que se sabe es una mezcla de evidencias históricas, mitos locales y conclusiones hechas por historiadores.
La teoría más aceptada es la del Príncipe Li Yu , la cabeza de uno de los Diez Reinos en el sur de China.Li Yu favorecía a una concubina en especial llamada “Hermoso Objeto” quien bailaba dentro de una pequeña plataforma en forma de flor de loto hecha de oro, perlas y gemas preciosas. Esta belleza se calzaba medias de seda sobre las cuales amarraba largos listones con los que proyectaba movimientos eróticos y seductores. Muchas bailarinas chinas en aquel entonces, desarrollaron así una condición permanente desfigurando sus pies para ejecutar coreografías exóticas.No es fácil entender la costumbre de los pies vendados en China. ¿Cómo podría una madre causar este dolor y sufrimiento a los pies de una hija? ¿Cómo es posible que una hija aceptara esta costumbre? Los factores clave a los que se llega una y otra vez son: matrimonio y tradición.La peor tragedia que le podía suceder a una mujer en aquella época era no casarse. Incluso, los misioneros del siglo 19 tuvieron que permitir que la tradición de los pies vendados se llevara a cabo incluso en los orfelinatos, pues de no ser así, jamás habrían podido encontrar un marido para las niñas que estaban a su cuidado. La cuestión de estatus también jugó un papel primordial en la historia de los pies vendados. Si uno acepta la teoría de que un príncipe desfalleciera con los encantos de una bailarina de minúsculos pies, es de imaginarse que otras mujeres de la casa imperial la envidiaran y vendaran sus pies con seda para llamar así también la atención. Poco a poco esta costumbre formó parte de lo cotidiano y fue aceptada por todos los rangos del escalafón social, desde las nobles, hijas de mercaderes e incluso de campesinos, cada una aspirando subir de categoría al poseer dicho tesoro.
El dominio masculino también fue un factor imperante. Una mujer que poseía algún impedimento físico era por ende mentalmente dependiente. Su propia impotencia le aportaba mayor estatus a su marido. Cualquier hombre que pudiera darse el lujo de poseer una mujer inútil era por conclusión un hombre próspero a pesar de su rango social o realidad económica.No necesariamente los pies vendados serían el factor que mantuviera a la mujer subyugada y recluida.Historiadores y estudiosos del tema han concluido que los derechos de las mujeres chinas fueron hechos a un lado por las teorías de Confucio. En términos simples, una mujer obedecería siempre a su padre y hermanos mayores durante su juventud, a su marido en el matrimonio y a su hijo si esta quedara viuda.Aquella mañana cuando la extraña mujer llegó a casa de Flor de Nieve, ella jugaba con sus hermanos. A los 6 años, su vida daría un vuelco absoluto. Su madre le dijo:-“Hoy es un gran día para ti Flor de Nieve…..”-“Pero yo no quiero! Como voy a poder correr con mis hermanos y corretear ratones y ardillas? Yo no quiero que mis pies sean como los de Crisantemo de Oro! Yo no quiero llorar como ella!-“No seas tonta, niña. Tus pies se convertirán en hermosos botones de loto, delicadas azucenas en flor. Si yo no cuido de tus pies, nadie querrá casarse contigo!Y con voz aterciopelada su madre le dijo:-“Querida Flor de Nieve, esto lo hago porque te amo. Si no lo hiciera, jamás me lo perdonarías. Algún día querida niña me lo agradecerás.”La fuerza que instaba a esta costumbre o deseo era compleja: matrimonio, sexo, erotismo, estatus, belleza, deber. El caso es que para cuando finalmente esta práctica fue abolida, millones de mujeres chinas habían pasado por dolores inimaginables y sacrificado por siempre su capacidad para moverse libremente.Al igual que otros aspectos de los ritos en China, la práctica del vendaje de los pies era rica en tradiciones.
Diversos métodos fueron pasados de generación en generación por las mujeres de cada familia. Un pie perfecto tenía que ser igual al botón de una flor de loto: redondo en el talón y puntiagudo en el frente, y para poder obtener lograrlo, era necesario quebrar el arco del pie y vendar los dedos hacia atrás, excepto el dedo gordo. La brutalidad del proceso indigna a cualquiera. El rito de los pies vendados en una niña comenzaba por lo general en el Otoño pues el frío del invierno hacía que los pies perdieran la sensibilidad lo cual ayudaba durante los meses más críticos que eran los primeros. Para empezar, había que remojar los pies para suavizar la piel. Cada familia tenía sus ingredientes secretos que añadía al agua: almendras molidas, raíz de frutas rojas, incluso huesos de mono hervidos. En aprecio al lector se omitirán otros detalles. A continuación los pies se enrollaban en vendas blancas de cierta manera que marcaba el comienzo de la forma del capullo de flor de loto. El proceso duraba varios años. Incluso una vez rotos los huesos, los pies tenían que ser vendados día y noche con un grueso tejido debido a que intentaban recobrar su forma original tan pronto se sentían liberados.En un abanico, Flor de Nieve escribió en NuShu: “ A partir de esa mañana, mis lágrimas me han acompañado día y noche. Mi único consuelo es que seré como mi abuela con pies de lirios dorados caminando como un tierno sauce joven agitado por la brisa de primavera.”A finales del siglo 19 hubo pequeños brotes de movimientos feministas en China mismos que fueron cortados de un solo golpe. Pero el comercio que tenía China con el Occidente hizo también que escritores y estudiosos europeos comenzaran a manifestar cada vez con más fuerza, su rechazo a la costumbre de los pies vendados. En 1855 se formó en Shanghai la Sociedad de los Pies Naturales, encabezada por un grupo de mujeres occidentales radicando en esa ciudad. Estas mujeres recolectaban fondos en pro de la causa cuando viajaban a Inglaterra y pese a que la distancia era enorme, el movimiento influenció cada vez más a estudiosos y cuerpos diplomáticos dentro de China. Poco a poco el mensaje fue tomando fuerza así como también fueron abriendo sus puertas escuelas para mujeres en Shanghai por ejemplo.
En 1928 el gobierno nacionalista ordenó que los libros de texto incluyeran un capítulo que hablara de la prohibición de los pies vendados y ordenó que se les quitaran las vendas a todas las niñas menores de 15 años. Esta orden no fue implantada en las mujeres mayores debido a que el dolor sería sumamente severo. Hubo recompensas económicas para quien dejara a un lado esta práctica así como también multas severas a las familias donde se continuara practicando esta tradición.Fue solamente en la provincia de Yunnan donde continuaron vendando los pies después de que se la práctica se aboliera en toda China. Algunas aldeas rurales continuaron llevándolo a cabo hasta 1957.
Una gruesa capa de hielo cubría el jardín y envolvía cada rama desnuda en los árboles. El frío impedía salir y los ojos de Flor de Nieve estaban cansados de tanto bordar. Lirio Dorado y su nieta Luna Otoñal habían venido a visitarla. Luna Otoñal se casaría muy pronto. Sentada cerca de su abuela pensaba como sería tener una hija propia. Sería capaz de amarla? Sería su infancia triste y desdichada?-Abuela, le dijo -Cuéntame la historia de la tejedora y el rebaño de vacas…
Cuando uno estudia acerca de China, es imposible no toparse con las leyendas y los mitos que fluyen de todas las facetas de su vida y su cultura. Beverly Jackson, una de las investigadoras de la tradición de los pies vendados, cuenta su fábula favorita, misma que aquí se transcribe:ChiNu, la Gran Tejedora fue una de las Siete hijas del Dios del Fuego. Como era una tejedora tan hábil , pasaba días y noches bordando túnicas para los otros dioses, pero a veces dejaba a un lado el bordado y bajaba a la tierra junto con sus hermanas para nadar en un hermoso y fresco estanque. Un día un pobre pastor cuidaba a una vaca mágica que hablaba.
La vaca le dijo: - La séptima hija es hermosa, sabia y amable; ella teje las nubes de seda para los dioses y es la patrona de las artes del tejido aquí en la tierra. Tú podrías convertirte en su marido y así ganar la inmortalidad si le robas su ropa cuando ella se meta a nadar en el estanque. El pastor hizo al pie de la letra lo que le aconsejó la vaca y escondió la hermosa túnica de seda roja de ChihNu por lo que ella no pudo volar al cielo cuando sus hermanas lo hicieron. Por lo tanto, permaneció en la tierra, se casó con el pastor y vivieron felices durante tres años . Tuvieron tres hijos que les trajeron gran felicidad, pero en el cielo, el telar de ChihNu permanecía abandonado. Los Dioses comenzaron a demostrar su enojo pues ya no había quien les hiciera sus túnicas por lo que le ordenaron que regresara al cielo a lo cual ella sin chistar obedeció.El pastor sucumbió a la tristeza lo mismo que su vaca, la cual un tarde le dijo: - El día que yo me muera, envuélvete en mi piel de vaca para que puedas ir al cielo en busca de tu esposa. El pastor así lo hizo pero a su llegada al cielo no fue bien recibido por su suegra celestial quien trazó una línea a lo largo del firmamento que se convirtió en el Río Celestial (o vía Láctea) y mandó al pastor a vivir al otro lado. La tristeza de ChihNu fue tal que el emperador del Jade decidió que la tejedora y el pastor podrían verse una vez al año, en la séptima noche de la séptima luna. Asimismo decretó que todos los cuervos y urracas desplegaran sus alas para hacer un puente que cruzara el Río Celestial y ChihNu pudiera visitar a su marido. Algunos dicen que amarró sus pies en larguísimas tiras de seda para que pudiera caminar de puntas sobre el delgado y delicado puente hecho por las aves.

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