lunes, 26 de noviembre de 2007

SERES Y CREATURAS MÍTICAS




Tercera y última parte: Los Cielos


Temible y traicionero, el dragón que habita los mitos europeos es tan antiguo como la Biblia cristiana. En una aparición descrita en el Libro de las Revelaciones escrito en el siglo primero, el demonio mismo aparece como un "feroz y gran dragón rojo de siete cabezas, diez cuernos y siete diademas en cada cabeza." Cuando el dragón libra la batalla en los cielos, San Miguel lo vence y lo exilia a la tierra.



En dibujos hechos durante la Edad Media, el dragón se muestra con un largo cuerpo cubierto de escamas, y colmillos de víbora. Asimismo, seguido se le relaciona con la serpiente quien engaña a Adán y a Eva. Otra imagen es la de San Jorge con el estandarte de las Cruzadas Cristianas del cual se cuenta que libró una terrible batalla en lo que hoy es el territorio de Libia en Africa del Norte contra un dragón que tenía subyugado a toda una comunidad con su aliento venenoso. San Jorge lo domina marcando sobre las escamas de su lomo el signo de la cruz.



La mitología muestra a los dragones volando a través de los cielos con poderes que un hombre jamás podría obtener. Estas criaturas celestiales poseían alas tan inmensas que al abrirlas podían cubrir totalmente el firmamento y desatar tormentas al batirlas en el aire. En estos mitos, caballos alados y dragones poseían el poder del vuelo.



Hace cientos de miles de años, Perseo el joven héroe griego salió en una misión casi imposible: cortar el cuello a Medusa. Con la cabeza cubierta de víboras en lugar de cabello, Medusa era tan espantosa que cualquiera que posara sus ojos en ella se convertía de inmediato en piedra. Perseo viajó por días buscando a la bruja para finalmente encontrarla descansando en medio de figuras de piedra de héroes que habían osado voltear a verla. Pero Perseo había consultado a los dioses y tenía un plan para vencer al monstruo: verla no directamente sino a través de su reflejo en su escudo de guerrero y así lograr cortarle la cabeza. Pegaso el caballo alado brotó del cuello de Medusa y se levantó el vuelo con Perseo cabalgándolo.



Aunque Pegaso no figura en los mitos griegos más importantes, fue fuente de inspiración para muchos artistas y continúa siéndolo pues aparece en marcas, logotipos y caballitos del carrusel. El árbol genealógico/mitológico de Pegaso es interesante: Hijo de Medusa y de Poseidón, dios del mar y de los corceles. Pegaso era amable, servicial y nunca codicioso. La constelación bautizada con su nombre incluso comparte una estrella con la constelación de Andrómeda, una bella joven a la cual también ayudó a salvar. Solamente dos seres humanos lograron cabalgar en su lomo: Perseo y Bellerophon.



Una sinopsis del mito griego adaptado de la Iliada de Homero es aquel de Bellerophon quien parte de Atenas con la misión de matar a Quiera, una bestia con aliento de fuego, cabeza de león, cuerpo de chivo y cola de serpiente. Atenea la diosa ayudó a que Bellerophon amansara a Pegaso y pudiera ir en búsqueda de tan temeroso monstruo. Después de su gran victoria, Bellerophon se volvió arrogante sintiendo que merecía compartir un sitio junto a los Dioses por lo que le pidió a Pegaso que lo llevara por los aires hasta el Monte Olimpo. Los dioses se enfurecieron y enviaron un insecto que lastimó a Pegaso haciendo que Bellerophon perdiera el equilibrio, cayera y muriera de golpe. Pegaso se quedó por siempre en el Olimpo y se convirtió en ayudante de Zeus cargando en su lomo los rayos y truenos pertenecientes al dios. Cuando Pegaso murió, Zeus lo transformó en la constelación que lleva su nombre en el firmamento.



La gran esfinge de Giza ha permanecido en guardia desde hace más de 2500 años antes de Cristo. Los mitos de las esfinges son realmente estremecedores cuando se escucha que aquellos monstruos con cabeza y torso de mujer, cuerpo de león y alas de águila. Una de ellas, la esfinge que protegía la ciudad de Tebas en la antigua Grecia, era un monstruo aficionado a las adivinanzas. Cualquiera que deseaba cruzar las puertas tenía primero que nada someterse a una pregunta que ella hacía y que nadie podría jamás responder. ¿ Qué es lo que posee una voz, camina en cuatro patas de mañana, en dos al medio día y en tres por la noche? Nadie encontraba la respuesta y la esfinge permanecía bien alimentada. Hasta que llegó un día en que un hombre llamado Edipo resolvió el acertijo "El Hombre": Una persona gatea siendo una creatura, camina en dos piernas al ser adulto y utiliza un bastón al llegar a anciano. La esfinge al ver que alguien era más listo que ella, se lanza desde el más alto acantilado y muere.



Y de nuevo vamos a las explicaciones coherentes de la ciencia moderna: fósiles de grandes aves como la de un pájaro gigante llamado Aepyornis en la clasificación científica, pudieron haber sido los detonantes de estas increíbles historias. Hace 700 años, comerciantes árabes mencionaban haber visto un pájaro tan grande que podía levantar elefantes con su pico. Los marineros afirmaban que dicha criatura vivía en una isla frente a la costa sur de Africa. Y de hecho, en la isla de Madagascar, los antropólogos han econtrado vestigios de esta ave que hoy día está catalogada como la más grande que jamás haya existido. Se le llamaba el pájaro-elefante aunque esto no significaba que realmente pudiera cargar a un elefante. De hecho, ni siquiera podía volar. Pero casi es seguro que sus inmensos huevos dieron pie a este monumental mito. Incluso hay relatos documentados por el mismo Marco Polo.



En su ficha técnica, el Aepyornis terminó extinguiéndose en Madagascar en el 1500, medía 3 metros de alto, pesaba más de media tonelada y ponía los huevos más grandes catalogados en más de 8 litros!



Las tribus Maori cuentan también de un águila gigante que alguna vez vivió en Nueva Zelanda. Pero la evidencia ha demostrado que los huesos y garras encontrados pertenecieron a un águila llamada "aguila Haast" y a diferencia del Aepyornis, ésta ave en efecto podía volar. La envergadura de sus alas medía 3 metros y de igual forma vivió hasta extinguirse en los años 1500.



En los Cuentos Arabes, Sinbad el marino encuentra un gran domo sin puerta alguna- el domo es en realidad el huevo del Aepyornis y la isla entera es el nido. Ya que las patas eran tan gruesas como los troncos de un árbol, el ingenioso Sinbad se amarra a una de ellas y así logra finalmente escapar.



Y los mitos se mezclan.... El Aepyornis, el Roc de Nueva Zelanda y el Garuda de la India son similares, aves depredadoras en búsqueda de boas y elefantes. Muchas de estas criaturas cruzan el firmamento en soledad otras en parejas. Constantemente están en guerra una con la otra. Estos dúos en batalla permiten a los narradores de cuentos expresar ideas abstractas como por ejemplo el santo que mata al dragón como la lucha entre el bien y el mal aunque no es tan simple como parece pues cada cultura mantiene sus propias interpretaciones y las dualidades pueden entenderse como luz y oscuridad, sol y luna, reino superior y reino inferior, aire y agua o por ejemplo Budismo y otras religiones. Y menciono el Budismo porque de acuerdo a los mitos Hindu y Budistas, un gigantesco pájaro llamado Garuda se pasa la eternidad matando Nagas -criaturas con cuerpo de serpiente. La disputa comenzó cuando la madre de Garuda y la madre de Naga ambas deciden casarse con el mismo hombre. El marido le otorga a cada mujer un deseo. La madre de Nagas pide tener mil hijos. La madre de Garuda pide dos hijos pero superiores a todos los de Nagas. La rivalidad continuó hasta que la madre de Garuda pierde una apuesta y se convierte en criada y prisionera de la madre de Nagas. Garuda logra liberar a su madre robando a los dioses un poco de néctar de la inmortalidad. No obstante, juró vengar a su madre y desde ese entonces su existencia la dedica a luchar contra Nagas. Garuda lleva el dios Vishnu a sus espaldas. Su torso y brazos son de humano, posee cabeza con pico, alas, patas y garras de ave. La mitología de la India posee un sin fin de historias como ésta. Cuando el Hinduismo se fue ramificando y brotó el budismo, estas historias se transformaron y se fueron esparciendo por todo el continente asiático y más allá. Hoy se ven pinturas y batiks de Garudas y Nagas en Bali, bronces en los templos del Himalaya y se personifican en rituales y obras de teatro en Japón y el Tibet.



Las aves divinas que aparecen en las leyendas de Asia, Europa y el Oriente Medio vienen de un reino sagrado y casi no visitan la tierra. Cuando lo hacen, es señal de que una nueva era va a comenzar o bien que un sabio rey ha ocupado el trono de un reino. Se les relaciona siempre con el fuego y el sol y estas aves inmortales traen siempre consigo un mensaje de paz, de renovación y de buena suerte.



Había una vez una niña llamada Saijosen quien con hermosos hilos bordó el tapiz más hermoso allá en Japón. Bordó figuras de hombres, dioses y animales con un talento inigualable que parecía que creaturas vivas habían sido atrapadas entre la seda. Un día mientras bordaba, un viejo apareció y le dijo: "borda aquí dos aves Fenix". La niña se sorprendió pero sin embargo obedeció la orden y trabajó durante una jornada completa. Una vez que completó ambas aves, éstas batieron sus alas y se despegaron de la seda. El hombre entonces voló con la niña al reino de la inmortalidad pues una artista con ese talento, merecía jamás morir. Esta es solo una de las cientos de leyendas que evocan al Ave Fénix misma de la que se decía que cada cinco siglos, se inmolaba en una pira encendida por el sol , para renacer y volver a vivir. Este cuento ha sido la inspiración para muchos poetas y pintores quien han adoptado al Fenix como símbolo de renovación y renacimiento. En Asia, el Ave Fenix es el símbolo de la emperatriz y en una boda tradicional en China, la novia puede vestirse con una túnica bordada con estos motivos que la convierten en "emperatriz por un día" pues el Ave Fenix en Asia simboliza también el Sol y las Cinco Virtudes chinas: bondad, deber, amabilidad, confiabilidad y buen comportamiento.



Dragones, Gryphons, Aves Fenix, Kraken, Sirenas, Gigantes, Cíclopes y Pegasos, todos habitantes de reinos creados por la imaginación del hombre para explicarse lo inexplicable. Joseph Campbell, uno de los más grandes estudiosos del mito concluye que toda mitología parte de una duda respecto a nuestra existencia en la tierra, respecto a la creación, a la muerte o al nacimiento por ejemplo. Al mito lo constituyen opuestos que jamás podrán reconciliarse como lo son creación contra destrucción, vida frente a muerte, dioses contra hombres. Y finalmente con la narración de boca en boca y con elementos que entre ellos mantienen una cierta "lógica", proporciona al hombre una respuesta a sus angustias y ansiedades respecto a lo que es difícil de comprender de otra manera.

No hay comentarios.: