lunes, 6 de agosto de 2012

Acerca del colibrí


Todos los días tomo mi desayuno frente a uno de los espectáculos más maravillosos que la naturaleza me puede regalar y que es el vuelo de decenas de colibrís alrededor de dos comederos que he colocado para sentarme a disfrutarlos.   El siguiente es un ensayo que solamente transcribo. El crédito al autor lo hago al final del mismo: 
Te pido que pienses en un colibrí, pero que lo hagas con detenimiento.  El corazón del colibrí late diez veces por segundo. El corazón del colibrí es del tamaño del borrador de un lápiz y para él, su corazón es lo más importante. Los primeros exploradores de América los llamaron  "Joyas Voladoras", pues los europeos jamás habían visto criaturas similares ya que los colibrís aparecieron en el mundo exclusivamente en América y en ningún otro lugar del universo: más de trescientas especies chillando y zumbando y buscando el néctar de las flores.  El palpitar de su corazón es más fuerte de lo que pudiéramos imaginar si es que nos fuera posible colocar nuestras gigantescas orejas sobre su infinitésimo pecho.
Cada uno visita más de mil flores al día.  Pueden clavarse a una velocidad de 95 kilómetros por hora, pueden volar hacia atrás, pueden volar más de 800 kilómetros de distancia sin detenerse a descansar.  Pero eso sí, cuando reposan,  prácticamente se acercan a la muerte.  En noches heladas o cuando están hambrientos se remiten a un letargo, reduciendo su metabolismo a una quinceava parte de su ritmo normal mientras duermen.  Sus corazones casi se detienen, palpitando levemente y de no encontrar pronto el calor, de no encontrar aquel alimento dulce, sus corazones se enfrían y la joya voladora deja de existir.   Te sugiero que pienses por un momento en esos colibríes que no abrieron sus ojos el día de hoy, justo hoy en algún lugar de América: el Colibrí Real, el Rufo, el Centelleante, el Coliancho. El Colibrí de esmeraldas, el Colicorto, el Gorginegro, el Cometa, el Verdoso Norteño, cada uno el ser viviente más impresionante, más asombroso que hayas visto, con un corazón rugiente del tamaño de la uña de un infante, un corazón que ya guardó silencio, una música brillante que se detuvo por completo.   Los colibrís como todas las aves pero mucho más que todas las variedades, cuentan con un enorme, inmenso y feroz metabolismo.  Para que su metabolismo funcione necesitan que su corazón lata como si fuera un coche de carreras, a velocidad vertiginosa.  Sus corazones están hechos de fibras más ligeras y menos grasosas que los nuestros.  Sus arterias más duras y más tirantes. Los músculos de su corazón tienen más mitocondrias, todo lo que se necesita- se puede decir -para engullir más oxígeno.  Sus corazones están adheridos a la piel para luchar contra la gravedad y la inercia en su enloquecida búsqueda de alimento y la loca idea del vuelo.  El precio de su ambición es una vida que se mantiene siempre muy cerca de la muerte.  Sufren ataques al corazón y aneurismas más que cualquier otra creatura viviente.  El precio de volar es muy caro.  Te quema, acabas con la maquinaria.  Cada criatura en la tierra cuenta con alrededor de 2 billones de latidos de corazón para utilizar durante su vida.  Puedes usarlos lentamente como una tortuga que llega a vivir hasta 200 años o puedes gastarlos rápidamente como el colibrí y vivir solamente dos años.  El corazón más grande del mundo es el de la ballena azul.  Pesa más de 7 toneladas. Es tan grande como una habitación y cuenta con cuatro cámaras. .  Un niño podría caminar dentro de él con la cabeza en alto y solo agacharse para cruzar a través de las válvulas.  Las válvulas son del tamaño de un par de puertas abatibles como aquellas que se usaban en las cantinas.  Este corazón del tamaño de una casa mantiene viva a una criatura que mide más de 38 metros  de longitud.  Esta criatura nace midiendo 6 metros y pesando ya 4 toneladas.  Es más grande que un automóvil.  Bebe más de 350 litros de leche de su madre diariamente y su peso aumenta 90 kilogramos cada día .  Cuando alcanza la pubertad desaparece del radar humano pues es muy poco lo que aún se sabe acerca los hábitos de reproducción, patrones de viaje, dieta, vida y estructura social, lenguaje, enfermedades, espiritualidad, guerra, historias, penas y tristezas y arte de la ballena azul.  Existen tal vez 10 mil ballenas azules en el mundo y habitan en todos los océanos de la tierra siendo el mamífero más grande del cual sabemos tan poco.  Lo que sí sabemos es que estos animales cuyo corazón es el más grande de todos, viajan siempre en pareja, sus lamentos penetrantes, su idioma como un grito nostálgico y penetrante , puede ser escuchado a varios kilómetros de distancia.
Los mamíferos y las aves tienen corazones de 4 cámaras. Los reptiles y las tortugas tienen corazones de 3 cavidades. Los peces tienen corazones de 2 cavidades.. Los insectos y los moluscos de una.  Los gusanos tienen corazones de 1 cámara aunque muchos tienen hasta 11 corazones con 1 cámara cada uno.  Las bacterias unicelulares no tienen corazones pero incluso ellas tienen un fluído que se mantiene eternamente en movimiento, impregnándolas a cada una.  No existe ser viviente alguno que no tenga un líquido interior en movimiento.  Dentro de todos nosotros hay algo que navega  y se revuelve.
Es tanto lo que se guarda en un corazón durante toda la vida.  Es tanto lo que un corazón alberga en un día, en una hora, en un instante.  Y realmente no estamos abiertos a nadie, a final de cuentas, ni a una madre o un padre, ni esposo ni esposa, ni amante, ni hijo, ni amigo.  Abrimos ventanas a cada uno pero vivimos en soledad dentro de la casa del  corazón. Tal vez así deba de ser.  Tal vez no podríamos soportar el estar al desnudo por miedo a que nuestro corazón sea maltratado. De jóvenes pensamos que llegará una persona que nos disfrutará y estará a nuestro lado siempre. Cuando crecemos nos damos cuenta que este es un sueño infantil, que todos los corazones a final de cuenta son lastimados, heridos, rotos y con cicatrices, reparados por el tiempo y por la voluntad, parchados por la fuerza del carácter pero quedando siempre frágiles y desvencijados sin importar cuan feroz haya sido nuestra defensa y de cuantos ladrillos hayamos edificado una muralla a su alrededor.   Uno puede levantar un muro altísimo, y duro y frío y tan impenetrable como uno quiera y el mismo muro puede ser derribado en un instante, con una mirada, con la voz y el aliento de un niño,con las palabras: “escúchame que tengo algo que decirte”. El muro se colapsa con el golpe y la rotura de cristales en una autopista,frente a un animal malherido , o al sentir la mano seca y arrugada de una madre pasándola sobre tu cabellera, o bien la voz de tu padre avisándote que el desayuno que preparó para tus niños ya está listo.      

Esta es una traducción de un hermoso ensayo escrito por Brian Doyle cuyo título es “Joyas Voladoras”. La traducción es mía y me tomé la libertad de hacerla después de haber buscado sin éxito si alguien más ya lo había hecho.



 


5 comentarios:

  1. Mw gusto mucho y me parece muy bonita la lectura, aprendi algunas cosas de estas "joyas voladoras", sabias que son de mis aves favoritas? las disfruto mucho cuando las llego a encontrar... deben verse muy bellas desde tu ventana... Te felicito por esa oportunidad de disfrutarlas...y desde aqui te agradezco el compartir tu agradable experiencia y sobre todo esas bellas fotos. Te mando un gran abrazo. :)

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  2. Gracias Ildita. Eres un encanto y te agradezco muchísimo tus comentarios tan cariñosos siempre. Desde aquí te mando un abrazo yo también.

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  3. Bellisima redaccion. Ya por telefono te platico lo que yo he observado de los colibries. Son encantadores.

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  4. Hola mi querida Ale, he disfrutado y aprendido mucho de tu texto del colibrí, definitivamente un ser
    maravilloso. Estoy de acuerdo con el autor acerca de:"todos los corazones a final de cuenta son lastimados, heridos, rotos y con cicatrices, reparados por el tiempo y por la voluntad", pero difiero en cuanto que sea un sueño infantil que pensemos que una persona estará a nuestro lado para siempre. O tú que opinas? Te mando mi cariño.

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  5. ...."escúchame, tengo algo que decirte" TE QUIERO.

    Espero que estas palabras tengan la magia de derrumbar muros altísimos e impenetrables. Deseo ese milagro.

    Bellísimo texto e ilustrativo.
    Tu traducción excelente.

    Muchos besos.

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