martes, 27 de enero de 2009

EL NOMBRE DE LA ROSA


La rosa es dueña de una larga y colorida historia. De acuerdo con la evidencia obtenida mediante el estudio de fósiles, la rosa tiene nada más y nada menos que 35 millones de años. Hoy día, existen más de treinta mil variedades de rosas y su árbol genealógico es el más elaborado que cualquier otro tipo de flor en el mundo. Los fósiles encontrados en el estado de Colorado indican que las rosas existían ya en Norteamérica hace más de 30 millones de años. Otros hallazgos antropológicos sugieren su existencia en tierras tan al norte como Alaska y Noruega así como hacia el sur en México. No se ha descubierto que la rosa salvaje creciera debajo del Ecuador aunque hoy día la rosas cultivadas en el Cono Sur provienen del horticulturismo programado.


El cultivo de las rosas dio comienzo en Asia hace aproximadamente cinco mil años y la rosa siempre ha sido parte de la historia del hombre ya que se encuentra entretejida en cantidad de historias de la antigüedad. Los Griegos decían que fue Afrodita quien le dio a la rosa su nombre, pero fue la Diosa de las Flores –Chloris-quien la creó. Un día, mientras Chloris trabajaba en el bosque se encontró con el cuerpo moribundo de una hermosa ninfa. Tanto Afrodita como Dionisio corrieron a su ayuda. Ella, la diosa del Amor le otorgó su belleza, y él, Dios del Vino le proporcionó el néctar y el aroma. Las Tres Gracias le dieron el Encanto, el Brillo y la Dicha. A continuación Zéfiro, el viento del Oeste alejó las nubes con tremendo soplo para que Apolo, el dios del Sol pudiera brillar sobre ella y hacer que floreciera.


Y así nació la Rosa… Los griegos le dieron la bienvenida como complemento al progreso de su cultura. Otros dicen que la rosa nació cuando Afrodita lloró y sus lágrimas se mezclaron con la sangre de Adonis su amante. Cuando los romanos convirtieron a Afrodita en la Diosa Venus, de igual forma adoptaron la rosa como símbolo de amor y belleza.


A Cupido siempre se le veía obsequiando una rosa a los Dioses del Silencio a cambio de guardar sigilo mientras Venus se escapaba con diversos amantes. De aquí que la rosa simbolizó también secreto y confidencialidad. Cupido era tan intrépido que una vez al ser picado por un enjambre de abejas, arrojó flechas sin ton ni son sobre un jardín de rosas lo que causó que en sus tallos crecieran espinas. Otra leyenda cuenta que en tiempos del Imperio Romano existió una hermosísima mujer llamada Rodante. Su belleza hizo perder el sueño a muchos y cansada de tanto asedio corrió a refugiarse al templo de Diana quien se llenó de celos y convirtió a Rodante en una rosa y a sus pretendientes en espinas. Una leyenda árabe narra que todas las rosas eran absolutamente blancas hasta que una noche un ruiseñor se encontró frente a una y se enamoró perdidamente de ella. En ese tiempo los ruiseñores no tenían un melodioso canto sino que trinaban al igual que cualquier otra ave. El amor del ruiseñor hacia la rosa blanca era tan intenso que éste logró producir el canto más hermoso jamás escuchado. Como no era correspondido por la flor, finalmente fue tanto su amor y su deseo por abrazarla, que el ruiseñor incrustó su cuerpo sobre la rosa y al clavarse las espinas en su corazón se tiñó la rosa con el color rojo para siempre.


En Grecia, cuando una junta secreta se llevaba a cabo, los plafones se adornaban con rosas lo que indicaba que todo lo que allí se discutía debería ser tratado en confidencialidad, lo que dio origen al término SUB ROSA. Esta frase en latín se utiliza en el idioma inglés para denotar secrecía. En las pinturas y frescos en plafones de castillos y palacios europeos se encuentran también las rosas como un recordatorio de que todo aquello que se dijera allí bajo la influencia del vino se mantendría en confidencialidad absoluta.



En otra historia, una antigua leyenda Hindú cuenta que Brahma, el creador del mundo y Vishnu, el protector de la tierra, discutían respecto a quien era más hermosa si la rosa o la flor de loto. Vishnu decía que la Rosa, Brahma estaba encaprichado con el Loto pues jamás había visto una rosa. Una vez que vio aquellas bellezas deslumbrantes dio como recompensa a Vishnu una mujer la cual fue concebida a partir de 108 pétalos grandes y 1008 pétalos pequeños de rosa.


Miles de años después, en Creta aparecieron frescos que datan del año 1700 A.C. que ilustran rosas con botones de 5 pétalos y en los descubrimientos de tumbas egipcias se encontraron guirnaldas tejidas con rosas. La corona de flores de la tumba de Hawara que data del año 170 y que se ha conservado intacta posee la rosa más antigua.


Más adelante las rosas se convirtieron en sinónimo de los peores excesos del Imperio romano cuando se llegó a exigir a los campesinos que dejaran de cultivar granos y solo cultivaran rosales para que los emperadores llenaran sus tinas de baño, sus fuentes, se recostaran, caminaran o se sentaran sobre camas de pétalos de rosas en su vida cotidiana y por supuesto en sus fiestas y orgías.



Durante el siglo quince, los ejércitos que luchaban para obtener el control de Inglaterra utilizaban la rosa como su símbolo. La rosa blanca representaba a York y la rosa roja a Lancaster. No es de sorprender que el conflicto entre estas dos facciones se conociera como La Guerra de las Rosas. La rosa en el escudo heráldico de los Tudor representaba la realeza en el linaje de la familia.


En el siglo diecisiete, había tanta demanda para las rosas y el agua de rosas que se llegaron a considerar moneda de curso. Y fue así como se utilizaban para regatear en los mercados y como pago cuando los plebeyos se veían obligados a hacer un pago a la realeza. Josefina Beauharnais, esposa de Napoleón Bonaparte amaba tanto las rosas que logró tener una gigantesca colección el Castillo de Malmaison, una hermosa propiedad 10 kms a las afueras de Paris. Este jardín, con más de 250 diferentes variedades de rosas se convirtió en el perfecto escenario para que Joseph Redoute, el famoso ilustrador de libros de botánica completara su colección de acuarelas titulada "La Rosa" que hoy día es considerado uno de los más maravillosos compendios ilustrativos de botánica. Se decía que la Emperatriz Josefina siempre caminaba con una rosa en la mano, misma que acercaba a sus labios cuando sonreía debido a que tenía muy mala dentadura.


La rosa cultivada se introdujo a Europa hasta finales del siglo dieciocho. Este hallazgo provino de China donde el florecimiento repetitivo interesó en gran medida a aquellos horticultores interesados en los híbridos pues ya no tenían que esperar un año a ver florecer sus cultivos.


Debido a esto, los expertos hoy en día tienden a dividir las diferentes especies de rosas en dos grupos. Las rosas antiguas (cultivadas en Europa antes de 1800) y las rosas modernas (cuyo cultivo dio inicio en Inglaterra y Francia al inicio del siglo 19). Hasta antes del siglo 19, las rosas europeas eran color de rosa y blanco. El símbolo romántico de la rosa roja vino de China. Las rosas amarillas vinieron a formar parte de la paleta del pintor alrededor de 1900.


La rosa es una estupenda flor a la que se le da todo el crédito de ser la flor favorita del mundo. Jamás ninguna flor ha tenido la popularidad que la rosa en los últimos cincuenta años. Se estima que los horticultores y jardineros compran más de 150 millones de rosales al año y los cultivos sofisticados han producido un planta que domina el mundo de la flor. El cultivo anual se calcula en tonelada. Asimismo la rosa forma parte primordial en la industria del perfume. Las rosas poseen un linaje ancestral y siempre permanecerán entrelazadas a nuestra historia y cultura.


Como símbolo y motivo, la rosa se utiliza hoy en día en cantidad de emblemas nacionales, ha sido adoptada por centenares de facciones políticas e incluso negocios y eventos de talla internacional.


El Origen de la Rosa Cultivada

La paleontología nos da a conocer que las diferentes especies de rosas que se encuentran a lo largo y ancho del hemisferio norte datan del periodo Terciario (hace 70 millones de años). Mucho más allá de lo que se considera la Era Cristiana, el intercambio de plantas utilitarias jugó un papel importantísimo en la expansión de las civilizaciones. El Imperio Romano junto con las expediciones de Alejandro el Grande en Asia trajeron a Occidente un sinfín de especies jamás vistas en Europa. Ya por el año 1200, los primeros grupos de rosas "domésticas" se cultivaban en Inglaterra y se conocían como: Albas, Centifolias, Damascos, Gálicas y Rosas Escocesas, y aunque ya se utilizaban en los jardines europeos, no fue sino hasta fines del siglo 18 con el descubrimiento de la Rosa Chinesis en China, que se obtuvo un gran logro: la característica de esta rosa es su habilidad para florear repetidamente desde el principio del verano hasta el fin del otoño.

Pese a cantidad de estudios y discusiones al respecto no se puede poner en duda que el Lejano Oriente fue la cuna donde nació la rosa de jardín moderna. Ya lo demás es historia.


Los años cincuenta fueron decisivos en la historia de la rosa. La jardinería como hobby comenzó a popularizarse y coincidió con el lanzamiento de una nueva variedad de rosa llamada "La Rosa de la Paz". Hoy en día, la jardinería ha desechado la formalidad de sembrar camas de flores de una sola especie, sino que ahora los jardineros han descubierto que la rosa se puede ver espléndida cuando se planta de manera informal entre otro tipo de flores espectaculares a su vez.

A través de la historia de nuestra civilización, ninguna otra flor ha sido inmortalizada y a su vez integrada a la vida cotidiana como la rosa. En poesía, en música, en festividades, Día de Madres, Día de San Valentín, nacimientos y decesos, la rosa ha jugado un papel único.

La Rosa Gálica es la más antigua que hoy día conocemos. Sus flores son de una fragancia inigualable con un color que va del rosa al rojo carmesí. Se dice que vino desde la inmemorial Persia. Otra rosa con gran importancia histórica fue la Rosa de Alba conocida también como la Rosa Blanca de York. De las 200 diferentes especies de rosas salvajes conocidas mundialmente, 35 de ellas nacieron en Norteamérica. El rosal más antiguo que hoy se conoce y que tiene más de 100 años se encuentra cobijado por el muro de la catedral de Hildesheim en Alemania. La rosa fue también el símbolo de Diana de Inglaterra, esposa de Carlos, y quien fuera la nuera de la actual Reina Isabel.


En los Estados Unidos simplemente se venden 185 millones de rosas el día de San Valentín. Y para no utilizar este privilegiado espacio describiendo la simbología comercial de las rosas prefiero hacerlo con lo que las plumas de Rainer Maria Rilke y de Pierre de Ronsard dejaron escrito……


LAS ROSAS
Si tu frescura a veces nos sorprende tanto,
dichosa rosa,
es que en ti misma, por dentro,
pétalo contra pétalo, descansas.

Conjunto bien despierto cuyo centro
duerme, mientras se tocan, innumerables,
Las ternuras de ese corazón silencioso
que suben hasta la extrema boca.
Rainer Maria Rilke

Soneto para Helena Pierre de Ronsard

Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela
Hilando y devanando, sentada junto al fuego,
Dirás maravillada, mientras cantas mis versos:
"Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa".

Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga

Y que medio dormida ya por la labor
Se despierte al oír el sonido de mi nombre,
Bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza.

Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos
Reposaré junto a la sombre de los mirtos,
Y tú serás una anciana junto al hogar encogida.

Lamentando mi amor y tu desdén altivo
Vive, créeme, no aguardes a mañana.
Recoge diariamente las rosas de la vida.